El trabajo conjunto de los telescopios espaciales XMM-Newton de la ESA y Swift de la NASA ha permitido detectar por primera vez los rayos X emitidos por la colisión del viento de dos estrellas masivas que se orbitan mutuamente.
El trabajo conjunto de los telescopios espaciales XMM-Newton de la ESA y Swift de la NASA ha permitido detectar por primera vez los rayos X emitidos por la colisión del viento de dos estrellas masivas que se orbitan mutuamente.
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