
Imagínate dos agujeros negros del tamaño de una buena fracción de nuestro Sistema Solar girando uno alrededor del otro, acercándose más y más hasta que chocan y se funden, formando una prisión gravitatoria de proporciones descomunales.

Imagínate dos agujeros negros del tamaño de una buena fracción de nuestro Sistema Solar girando uno alrededor del otro, acercándose más y más hasta que chocan y se funden, formando una prisión gravitatoria de proporciones descomunales.
Send to a friend
more...