“Bien hecho, Rosetta; bien hecho, Philae”. Con estas palabras, Jan Wörner, director general de la ESA, despedía la misión de la agencia que ha estado dos años orbitando y estudiando el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko.
¿Quién no querría realizar experimentos bajo la gravedad lunar o marciana? ESA ofrece a los investigadores europeos la oportunidad de probar sus teorías en vuelos que ofrecen 20 segundos de gravedad reducida.