
Con la nave Rosetta se ha logrado lo que nunca antes: poner una nave en órbita de un cometa y estudiarlo a pocos kilómetros de su superficie. Pero Rosetta es una misión ambiciosa, y va a porel más difícil todavía:el primer intento de aterrizaje en un cometa. El ambiente en ESAC, el Centro Europeo de Astronomía Espacial, de la ESA, cerca de Madrid, donde se planifican las observaciones científicas de Rosetta, es “apasionante”.

El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko fue descubierto en 1969 por dos astrónomos ucranianos, Klim Churyumov y Svetlana Gerasimenko, desde el observatorio del Instituto de Astrofísica de Almá-Atá (actualmente Almatý) en Kazajstán. En el año 2003 este cometa fue seleccionado como el objetivo de la sonda Rosetta de la ESA. Desde entonces, los dos astrónomos han seguido con entusiasmo el progreso de la misión, que ya está desvelando las múltiples facetas de ‘su’ cometa desde primera fila.

Unos 50 estudiantes universitarios de ciencia e ingeniería tuvieron la oportunidad de enfrentarse a los retos que supone una carrera en el sector espacial durante la campaña BEXUS de lanzamiento de globos estratosféricos, celebrada entre los días 3 y 13 de octubre de 2014, durante la que llevaron a cabo experimentos a más de 27.000 metros de altura. Todos los equipos han vuelto a casa con una gran cantidad de datos que analizar.