
El astronauta de la ESA Alexander Gerst ya lleva una semana en el espacio, a bordo de la Estación Espacial Internacional. Mientras termina de acostumbrarse a vivir flotando en microgravedad, Gerst ha estado ocupado conociendo su nuevo hogar, realizando experimentos, sacándose sangre, manteniéndose en forma y sí, también limpiando el retrete.

Las estrellas masivas mueren de forma dramática, explotando como espectaculares supernovas que liberan una gran cantidad de masa y energía. Estas explosiones arrastran todo el material de sus alrededores, creando una gran burbuja que se va expandiendo en el medio interestelar. En el corazón de estas burbujas se encuentra una pequeña y densa estrella de neutrones o un agujero negro, los restos de lo que en su día fue una brillante estrella.