Surcando el espacio, muy altos en el cielo, los satélites no constituyen un objetivo fácil de seguir. Ahora, una nueva técnica desarrollada en Europa permite a las estaciones de seguimiento adquirir señales de los satélites de forma más rápida y precisa que nunca.

Dos erupciones volcánicas diferentes llenaron de lava esta región de Daedalia Planum, fluyendo alrededor de un antiguo promontorio.

El astronauta de la ESA Andreas Mogensen viajará a la Estación Espacial Internacional el año que viene. Ya se está entrenando para ser el ingeniero de vuelo de la nave Soyuz que lo llevará a 400 kilómetros de nuestro planeta, pero su misión todavía no tiene nombre.

SARAS, acrónimo en español de Adquisición Rápida de Satélites y lanzadores, permite a las estaciones de tierra adquirir señales de satélites nuevos más rápidamente y con mayor precisión que nunca. Un dispositivo circular compuesto por ocho pequeños sensores de radio-frecuencia se instala en torno al borde de una antena parabólica ya existente.

Estas algodonosas nubes retratadas por el observatorio espacial Herschel de la ESA forman parte de la región de formación de estrellas NGC 7538. Es una de las pocas ‘guarderías’ de estrellas masivas que se encuentran relativamente cerca de nuestro planeta, a unos 9.000 años luz, lo que permite que los astrónomos puedan estudiar sus procesos con un gran nivel de detalle.