
Tras cartografiar las variaciones en el campo gravitatorio terrestre con una precisión sin precedentes durante cuatro años, el satélite GOCE ha agotado su combustible y se ha declarado el final de su misión.

Más de 50 estudiantes de cinco países se dieron cita esta semana en el corazón técnico de la ESA en los Países Bajos para la gran final del desafío de robótica espacial Volare, en la que pusieron a prueba los ingenios robóticos en los que habían estado trabajando durante los últimos seis meses.

Un equipo español de estudiantes ha participado con éxito este mes en la campaña educativa REXUS/BEXUS del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y el Comité Espacial Nacional de Suecia, en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA), en la que se lanzan experimentos a la estratosfera en globos. Los estudiantes españoles prepararon el experimento TORMES, que usa las señales del sistema de navegación por satélite para investigar efectos ambientales del cambio climático.

A menos de un mes de su lanzamiento, los satélites de la constelación Swarm de la ESA ya están cargados de combustible. Los ingenieros pronto comenzarán la delicada tarea de acoplar los tres satélites a la etapa superior del lanzador, que los liberará de forma simultánea en órbita a la Tierra.

La sonda Rosetta de la ESA saldrá del modo de hibernación dentro de 100 días para prepararse para el encuentro con su objetivo, el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, hacia el que lleva viajando casi una década.