El eclipse solar de mañana solo será visible en su totalidad para observadores basados en tierra que se encuentren en el norte de Australia, pero el satélite de observación solar de la ESA, Proba-2, tendrá un asiento de primera fila desde su órbita alrededor de la Tierra.
El pasado dos de noviembre, el satélite SMOS de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuya función es estudiar la humedad de los suelos y la salinidad de los océanos, superaba su supuesto límite de vida, establecido en tres años. Gracias a sus magníficas condiciones técnicas continuará operando y proporcionando valiosa información a la comunidad científica.
En esta imagen puede apreciarse la fértil tierra de la provincia granadina, en el sur de España, vista por el satélite Pléiades.
Los cielos invernales del Polo Sur, usualmente oscuros, se ven aquí invadidos por el brillo verde de una aurora boreal, creando este escenario con la estela de la Vía Láctea y un cielo cuajado de estrellas como telón de fondo.