
El dióxido de carbono presente en la atmósfera terrestre está alcanzando niveles jamás vistos, por lo que la necesidad de vigilar las fuentes de emisiones es más urgente que nunca. De ahí que Vigilancia del Dióxido de Carbono (CO2M) de Copernicus sea una de las nuevas misiones satelitales de alta prioridad de Europa. La ESA y OHB System AG han dado hoy un nuevo y significativo paso adelante al firmar el contrato para construir los dos primeros satélites de la misión.

Una colaboración global de telescopios, incluido el observatorio espacial de alta energía Integral de la ESA, ha detectado una mezcla única de emisiones de radiación procedente de una estrella muerta de nuestra galaxia, algo nunca visto en este tipo de estrellas y que podría resolver un misterio cósmico de larga data.