
Un artículo publicado recientemente en Journal of Geophysical Research: Solid Earth describe cómo un equipo de científicos ha combinado datos de gravedad obtenidos por el satélite GOCE con modelos sismológicos para obtener información sin precedentes sobre la litosfera, la parte exterior de la Tierra formada por la corteza y el manto superior, bajo la Antártida. Los nuevos hallazgos revelan, por ejemplo, que bajo la región occidental la corteza terrestre es comparativamente más delgada, con unos 25 kilómetros de espesor, y el manto es viscoso a menos de 100 kilómetros. En cambio, la región oriental constituye un antiguo escudo cratónico. Allí, la roca del manto presenta propiedades sólidas a más de 200 kilómetros de profundidad. También existen grandes variaciones en la temperatura del manto bajo la Antártida, lo que provoca que el suelo se eleve o hunda a velocidades muy distintas a lo largo del continente helado. Estas nuevas limitaciones en el grosor cortical y litosférico son, además, fundamentales para estimar el flujo geotérmico de la Antártida y cómo afecta a la fusión subglacial y al flujo del manto de hielo.

Ayer, 10 de diciembre, el observatorio espacial de rayos X XMM-Newton de la ESA cumplió 20 años. En estas dos décadas, no ha dejado en ningún momento de proporcionarnos ciencia de primer nivel. Un ámbito en el que la misión ha destacado especialmente ha sido el de los agujeros negros, haciendo que cambiemos radicalmente la forma de entender estos enigmas cósmicos.

ClearSpace-1, la primera misión espacial que desorbitará basura espacial, será lanzada en 2025. Esta misión será fruto de un contrato de servicio con un consorcio comercial liderado por una empresa emergente, y contribuirá a establecer un nuevo mercado para los servicios en órbita y la eliminación de desechos espaciales.

El Parlamento Europeo ha declarado la emergencia climática justo antes de comenzar la última Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, COP25, que está teniendo lugar en Madrid esta semana y la que viene. Durante los doce días de la cumbre, se instará a los gobiernos a que aumenten su compromiso de combatir el cambio climático. La ESA está presente en la conferencia para subrayar la importancia vital de observar nuestro cambiante planeta desde el espacio y para mostrar el papel fundamental que los datos satelitales desempeñan como base para las políticas climáticas.