
El 30 de junio de 1908, hace 110 años, un asteroide de 40 m cayó en Tunguska (Siberia) y destruyó una superficie de bosque del tamaño de la isla de Gran Canaria. Fue el impacto más importante en la historia reciente de la Tierra y, por ello, Naciones Unidas ha designado el 30 de junio como Día del Asteroide. Esta efeméride es una ocasión para concienciar al público de todo el mundo sobre la amenaza y las oportunidades que ofrecen los numerosos cuerpos rocosos que atraviesan el espacio.

Todas las imágenes en alta resolución y los datos de apoyo de la misión Rosetta en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko ya están disponibles en los archivos de la ESA. El último lanzamiento incluye imágenes emblemáticas de la localización de Philae y del descenso final de Rosetta sobre la superficie del cometa.

La clave para vigilar los cambios en el medio ambiente terrestre y garantizar un flujo de datos satelitales constante para mejorar nuestra vida diaria es realizar las mismas mediciones durante décadas. Pero ¿cómo podemos asegurarnos de que los sucesivos satélites, por mucho que constructivamente sean idénticos, ofrezcan mediciones comparables?